Me gusta el trato cercano con las personas que depositan su confianza en mí para un día tan especial, de este modo es mucho más fácil confiar mutuamente y generar complicidad. Eso nos ayuda a trabajar en equipo y así crear un espacio relajado para poder reflejar momentos auténticos. 

Mi objetivo en la boda será narrar lo que vaya transcurriendo de manera espontánea captando todas las emociones y momentos.  El solo hecho de cargar con la responsabilidad que implica que una pareja te elija para capturar uno de los sucesos más importantes de sus vidas, es un desafío constante para mí. De todos los estilos fotográficos, mi preferido sin dudas es la fotografía narrativa, aquella que cuenta historias con una sola imagen, que transmite sentimientos. Es por eso que es imposible tener dos trabajos iguales, ya que todas las historias son diferentes.  Todo eso se notará sin dudas el día de la boda, y se verá reflejado en el trabajo final.