Cuando tu mejor amiga te pide que seas la fotógrafa de su boda, no sabes porqué pero de repente te sientes emocionada y feliz a la vez que nerviosa. Por spuesto, te repites "eres profesional" y sabes que estás a la altura de esa responsabilidad pero sabes que en cualquier momento puede saltar la lagrimita de emoción.
Mil gracias Patri por permitirnos estar tan cerca de vosotros ese día tan especial. Aun recuerdo como si fuera ayer aquel día desde primera hora de la mañana, de la peluquería a maquillaje, de la casa del novio a casa de la novia...nos dió tiempo incluso a jugar con un travieso regalo de los amigos a los novios.
Patri y Kiko, enhorabuena! Desearos toda la felicidad, os queremos.










